El Juli en el año de 20 cumpleaños de alternativa dictó una lección de torear en Las Ventas ayer. Gracias a un toro extraordinario de Alcurrucén de nombre "Licenciado". Otra vez la ganadería de los hermanos Lozano enviaron un toro para el recuerdo y para hacer el toreo. Que grandes ganaderos los toledanos que otro año más y van mas de veinte trajeron a las Ventas un animal de superior clase.
Y la suerte fue que le tocó a El Juli en su mejor momento. Celebrando sus dos décadas de matador cuando la madurez, el poso y el dominio son máximos en su tauromaquia.
El capote arrebatado de El Juli fue presagio de un comienzo de faena simplemente soberbio con doblones imperiales y trincherillas antológicas. Dominando y toreando.
El pitón derecho del colorado era de cortijo. Las series largas, llenas de mando, largura y mano baja fueron superiores. La muleta arrastrada y el hocico del toro rebozado en arena. Los obligados de pecho, mas que nunca, tras series de seis y siete muletazos fueron de pitón a rabo. La izquierda de Julián también guió el viaje con largura y cimbreo de cadera aunque no era tan franco por ese lado. Se puso siempre el torero bien colocado para torear de verdad. La plaza era un volcán. Los finales con doblones y remates por bajo a diestro y siniestro pusieron el broche a una faena de gran categoría y poderío. Abundantes y de calidad fueron los muletazos del madrileño. El toro entregado, consumido y exprimido le pidió la muerte y allí se acabó el embrujo con un horrible pinchazo y descabello posterior que cerraron la cantada puerta grande y rebajaron el premio a una oreja.
Parecía imposible que una figura del toreo pudiera torear así y matar con el "julipie" perdiendo la gloria. Había realizado una de las dos o tres mejores faenas en esta plaza, que tanto le ha pesado, en veinte años. Y se ciscó en la suerte suprema yéndose del embroque sincero y buscando la trampa que ha inventado. Y no coló. Se acordará mucho de este toro y de esta faena pero también del pinchazo en el momento clave.
Orejas aparte dejó la faena mejor de esta feria al mejor toro de lo que llevamos en veinte tardes. Un toro codicioso que exigía un torero delante. Le apretó le dominó y el "Núñez"se lo dio todo. Ambos sacaron lo mejor de si. Raza, bravura y entrega de toro y de torero. Y la plaza se incendió. Lo que soñamos y pocas tardes vivimos sucedió ayer en Madrid.
Ahora vendrán los "neoenteraos"de la postverdad a negar la evidencia. Como lo hacen con Ponce o con Roca Rey. Los listos que ponen pegas a un faenón como el de ayer diciendo que no emociona, que mete el pico o que es basto. Lo que hay que oír y lo que hay que leer.
El Juli es una figura del toreo y ayer quedó muy claro. El mano a mano con un novel de gran proyección así lo evidenció. Ginés Marín pechó con toros complicados y con valentía mostró muchas cosas buenas y otras menos por la bisoñez de su carrera.
El maestro Juli dictó una lección desde la madurez y la sabiduría. El joven tiene mucho por delante que aprender pero pasó la tarde con coraje y decisión. Corrida entretenida. La gente se divirtió y rompió la fiesta a lo grande con el toreo catedrático de un gran maestro; El JULI.
Lastima la suerte suprema, no pudo redondear su actuación. Gran torero!!
ResponderEliminar