En la peor feria de San Isidro que se recuerda por fin se abrió la puerta grande para un matador después de veinticinco días de tardes insoportables. Y claro, era tan grande el deseo que al final se abrió. Si no se podría haber quemado la plaza porque la masa estaba caliente con el severo presidente.
En un viernes de ginebra y bochorno africano se desataron las pasiones y se cegaron los ojos y los criterios. Resulta que Borja Jiménez comparecía en su tercera tarde después de ser vencido por un fiero toro de Santiago Domecq en su primera aparición. Ya aquel día le jalearon los trapazos. Oreja barata de viernes aquella. El miércoles con los victorinos naufragó siendo devorado por la casta de su lote y una jindama sorprendente. Una tarde negra para él.
Le quedaba la de ayer. Y le tocó el toro de la feria. "Dulce". Un toro de cortijo más de este gran ganadero de Guadalix. Y van decenas de ellos en esta plaza en los últimos años. Jiménez se fue a porta gayola para después estar animoso y por momentos brillante con el capote. El toro era soberbio. Bravo, alegre, enclasado. Un escándalo de animal. El sevillano fue todo ganas y deseos sabedor de la mala feria que llevaba. Plantéo la faena entre las rayas. El toro pedía medios. Los doblones de inicio muy rotundos. Después vinieron las norias, la pierna escondida y la rapidez de todo. Al natural una escasa serie movida y poco acertada. Los remates y desdenes aprovechando los viajes se celebraron a lo grande; ciegamente. Unos doblones al final pusieron al graderío en estado de catarsis. La plaza era un furor. La faena no fue para tanto. Y su planteamiento no fue el idóneo para ser premiada con dos orejas de Madrid. Ansias de contar que por fin se abrió la puerta grande. ¿Ganas de joder a Roca Rey?¿ Madrid apadrina a otro modesto? ¿ el alcohol?¿ la juventud bastante ignorante que ha invadido esta plaza? Fuera lo que fuera allí se montó una olla a presión cuando se fue a por la espada.
Estocada pasada y atravesadilla. Tarda en echarse el toro por el defecto de colocación, tragándose la muerte en una estampa impactante. Una muerte preciosa. Aquelló se dilató.
Un clamor de pañuelos y voces solicitaban el doble trofeo. Y el presidente solo dio una. Se montó una bronca de época. Dos vueltas al ruedo del matador con una oreja. Se le olvidó el azul para premiar esas embestidas. ¿Acertó? Le querían matar por ser juez y cumplir el reglamento. Decidió que una y sin vuelta al toro. Si la hubiera dado con las dos orejas al torero no habría pasado nada. Pero no fue faena de dos. Ni toro de vuelta por la escasa comparecencia en el caballo de picar. Borja tenia a la plaza en el bolsillo y a poco le iban a dar otra en el otro. Lo típico.
En el quinto otra vez a la puerta de chiqueros. Lucido con el capote de nuevo. Era un sobrero de Torrealta de gran fijeza y alta calidad. Se llevó el lote. Otra faena en el mismo sitio. En los tercios del 7. Faena entusiasta de nuevo aupada por el público que solo quería sacarlo en hombros por la calle de Alcalá. De nuevo la pierna escondida. Los picos y el desplazar hacia fuera no se miraron. La colocación al hilo tampoco. Ahora se lo van a pasar todo. Ya veremos mas adelante. Había deseos de venganza por el supuesto robo del palco. A pesar del pinchazo y un espadazo defectusoso se exigió la oreja. El presidente y su integridad estaban en juego. Absoluta petición Así que; ya había PG.Y triunfador de la feria, mejor faena y mejor noria. Y en todas las ferias. Hasta en la sopa lo van a poner. Pero con tres grandes toros que ha tenido cada tarde no ha sacado la nota que se presuponía y ha dejado a muchos con dudas sobre sus capacidades artísticas y de dominio. El tiempo lo dirá.
El toreo moderno ha llegado para quedarse. El de antes ya no se lleva. Para juzgar a los toreros hay que empezar a plantear unos nuevos cánones. A lo mejor lo de hacer tiovivos, tumbarse y acelerarse es la nueva pureza. Parece ser que así es. Viendo como estaba Las Ventas ayer con Borja Jiménez habrá que aceptar la nueva realidad.
Algo llevan los ganaderos en esa nevera. |
Gente pontificando y amenazando con malas formas al que se atreviera a desmenuzar la discutible faena de Borja Jiménez al que auguro que las cañas se le volverán lanzas en esta misma plaza. Y en otras. Su tarde de entrega y disposición fue de reconocer. Su toreo, para nada.
Quizás muchos de los que habitaban ayer el horno de los tendidos no han visto a grandiosos toreros que hubieran toreado de verdad a ese dulce bombón de Don Victoriano del Río. El verdadero triunfador de la tarde fue ese TORO tan excelso. Me acuerdo de muchos toreros a los que imaginé delante de él...
Como vivimos en tiempos de bajo criterio, poca cultura ,escaso nivel y mucho alcoholismo no debemos preocuparnos tanto y recordar las coplas de Jorge Manrique a la muerte de su padre Don Rodrigo: CUALQUIER TIEMPO PASADO FUE MEJOR..
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