Miguel Andrades compareció ayer vestido de luces en Las Ventas por segunda vez en su vida. Se había presentado por primera vez en Abril de 2023 y en aquella ocasión sorprendió su entrega y disposición de novillero con hambre y ganas de ser. Aquel dia tuvo delante un novillo-toro de Guadaira que fue encastadísimo y bravo. Estaba muy nuevo y en la batalla no hubo una victoria por su parte pero si una dignísima y sincera entrega con aquel animal que asombró al público que lo contempló. A esa tarde vino con dos tentaderos escasos y muchos meses previos sin enfundarse el de luces.
A partir de entonces la carrera de este bravo jerezano se ha forjado en plazas de menor categoría matando corridones de toros de todos los pavorosos hierros de las ganaderías mas duras que existen. Y en todas ellas ha solventado la papeleta con triunfos sonoros. Cortando tres orejas a una de miura en Añover de Tajo por ejemplo.
El hecho es que ayer volvía a Madrid donde mucho ha costado que le anuncien de nuevo. Y era un examen final para él. La ilusión de Miguel es tomar la alternativa en su Jerez natal en la próxima feria del Caballo en Mayo. Se sabe que el empresario de dicha plaza estaba pendiente de lo que pasara ayer en su actuación crucial.
Andrades vino a buscar el triunfo y a jugarse la vida. Y lo hizo. El triunfo soñado y rotundo no llegó porque la espada no funcionó. Se precipitó en la ejecución de la suerte suprema. Pinchó quizás una oreja en cada novillo.
Vamos por partes desglosando su actuación. En el tercero se hizo presente en un vistoso recibo a la verónica y un posterior alegre galleo por chicuelinas llevando al animal al caballo. El sentido de la lidia siempre presente y trabajó siempre en ponerlo en el sitio y en lucirlo en el tercio de varas. La gente conectó enseguida con la disposición y la soltura capotera. Después un tercio de banderillas donde clavó correctamente con dos pares que sobresalieron abusando quizás de recortes innecesarios.
El novillo de Sánchez Herrero era bravo y codicioso. El comienzo muleteril no fue el adecuado porque se puso sin probaturas en los medios a torearlo dándole distancia. El animal humillaba largo y con motor. Los muletazos fueron ligados con algo de velocidad y poco sosiego. Las ansias eran apabullantes. Varias series correctas por derechazos dieron paso a los naturales. Una primera tanda donde parecía que llegaba el verdadero acople y se reducía algo la velocidad y vino el volteretón. Se abrió un hueco y le cazó sin herirle. Se levantó sin mirarse y dejó la mejor tanda. Siempre quiso colocarse lo mejor que sabe y coger bien los trastos. La espada tenia la llave de la posible oreja que premiara un conjunto con momentos altísimos. Se tiró sin hacer bien la suerte y mucha premura y dos pinchazos y once intentos del puntillero dejaron todo en una cerrada ovación con saludos.
Pero salió el sexto de nombre "Astifino" y vaya si lo era. Y era un toro no un novillo. Y ponía un peso de 509 kgs. pero la realidad es que debía andar por los 560. Le arrastraba el rabo como a un toro viejo. Pronto vimos que era una prenda. Frenazos. cabezazos en los capotes y mediciones de anatomía a todo el que se ponía por delante. Necesitaba un puyazo contundente. Se picó bien y se trabajó mucho su lidia entre arreones y algún desarme. Llegaba mucho arroz al tercio de banderillas. No se arrugó y cogió los palos ante el desafiante "aldeanueva" que arreaba con aviesas intenciones y mucho poder. Y fue un tercio realmente emocionante. Hubo un par de poder a poder memorable en la boca de riego. El animal lo esperaba y había que llegarle con todo. Y Andrades lo hizo. Le volteó en el primer par contra los adentros y se libró de milagro de algo grave porque el pitón de perdió de cintura para arriba entre la seda rosa y oro. El tercer para haciendo un quiebro movido por los adentros dejó secas las gargantas.
Con la muleta inició esta vez con varios doblones con media muleta por el suelo sometiendo y bajando los humos al torazo. Le sentaron mal los latigazos de sometimiento y se revolvía como un león tras los pases de pecho. Andrades estuvo muy firme , valiente y resolutivo. Sacó pases estimables y aguantó parones y miradas. La faena y toda la lidia habían tenido una emoción enorme. El público estaba metido en la lucha entre ambos. Fue muy emotivo. Con la plaza caliente se tiró a matar con prisa y poco acierto. Dos pinchazos precipitados y mal colocados precedieron a una estocada honda que tumbó al toro. Se pidió la oreja y no se concedió. La vuelta al ruedo fue seguida por toda la plaza con admiración y reconocimiento a un gran esfuerzo y exhibición de entrega. Después pasó a la enfermería a coserse la barbilla que fue rajada en un derrote milagroso que dejará una cornada de espejo.Los otros dos novilleros adolecieron de actitud y ganas de ser toreros. Andrades vino a Madrid a demostrar que quiere ser torero. Para empezar borró a sus dos compañeros. Muchas cosas que pulir y una espada insuficiente no pueden empañar una tarde de valor, mentalización y entrega sincera. Se vació del todo. Nada se dejó en el hotel. Y eso merece mas oportunidades.
No todos son Morante ni Paula. Pero con dos toros con toda la barba no hay muchos novilleros que se pongan como lo hizo Miguel Andrades. Otra cosa es si servirá o no. De las podredumbres actuales del toreo se puede hablar largo y tendido.
En otros tiempos ya estaría puesto pronto en esta plaza y en otras. Pero vivimos unos tiempos en los que lo que se gana en el ruedo no se refleja en los despachos. Una pena...
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