miércoles, 13 de octubre de 2021

CELEBRACION DE LA FIESTA NACIONAL POR TODO LO ALTO EN LAS VENTAS.

Una tarde magnífica y luminosa brillaba el día de la Hispanidad de 2021 en Madrid. Se cerraba la feria de otoño y la mini temporada de 2021 en la capital del reino y en el día de la Patrona de España , la Virgen de El Pilar.
El cartel era muy esperado. Volvía Morante de la Puebla a la Monumental después de varios años. Toros de Alcurrucén, ganadería de numerosos éxitos de puerta grande en esta "su plaza". López Simón y Ginés Marín completaban la terna. 
La expectación era máxima. Plaza llena. Rostros ilusionados y de grandes expectativas. Tarde perfecta, sin viento y muy agradable.
Morante fue recibido con mucho cariño y le quisieron hacer saludar. Se le esperaba como nunca. Su temporada hegemónica de líder absoluto y su compromiso con la hispanidad han conquistado a muchos.
Su primero fue un toro tardo y que no humillaba en demasía. Hubo un recibo a la verónica con varios lances antológicos. El galleo por rogerinas sensacional. Qué difícil y que fácil. Que gracia torera. Otro quite excelso después de esculturas de Benlliure.
La faena de muleta fue una exhibición de técnica, alturas, distancias. Sobre la técnica y la serenidad de su valor construyó una faena justa pero intensa. Muletazos soberbios sueltos. Trincheras, remates y una gran serie por naturales. El toro no tenia mas. No era mucho pero el sevillano le obligó a embestir por el sitio que pisó. Y se lució en cada momento con un arte que es punto y aparte.  Estaba metido en la corrida. Una estocada algo caída pero de buena ejecución le puso la oreja en la mano tan deseada por el respetable como por él mismo.
En el tercer toro entró en su turno de quites y dibujó las chicuelinas más bonitas, ceñidas y preciosas que se han visto en esta plaza en décadas. Las manos muertas, el capote lacio. Mas estatuas efímeras. La plaza se puso boca abajo. Que primor de torero. Sencillamente cumbre!
El cuarto fue un buey infame. Lo intentó por ambos pitones. No tenía ni medio pase. Peor que un morucho. No se pudo redondear la tarde que olía a su ansiada salida por la calle de Alcalá. Pero ahí había quedado eso...Un torero magnífico y completísimo que ahora está en la cumbre porque le da la gana. Su crecimiento ha sido descomunal. Su compromiso con la tauromaquia en el ruedo y en la calle son de sombrerazo. Y la torería para estar en la plaza, para andar con los toros o para dar la vuelta al ruedo ahora; merecen el precio de la entrada. Morante es otro mundo...
Lopez Simón fue volteado duramente en su primer muletazo en los medios. Su primero fue manso y correoso. Se levantó dolorido y se expuso con bragueta sincera. Pero sin mando. Superficial y vulgarote. Buena estocada y deslavazada faena. Se pidió levemente la oreja.


En el quinto parecida la cosa. Otro toro que sirvió poco pero con genio y movilidad. Y la colocación al hilo y el toreo con pico dejaron aquello en algo insulso y aburrido. Bien con la espada. El valor quedó patente una vez más. Y también la superficial vulgaridad de plaza de pueblo. Se le pone la cosa difícil. A ver si alguien que sepa le ayuda y le enseña bien..Lo necesita.
Ginés Marín  se atrevió a replicar a Morante tras su prodigioso quite. Embarullado y después brillante por chicuelinas con bello remate. Con ese tercero vimos al Ginés de la serie B. Despegado, tramposillo y destoreando. Es decir vaciar para afuera y torear aliviado. Muy ventajista. Los santones callados como difuntos, curioso. El toro fue noblón aunque llegó con poco depósito después de tres quites. Marín no estuvo bien.
Pero en el sexto un manso que arreaba como un tren y que esperó a los banderilleros con sentido y malas intenciones; Ginés fue otro. Bueno; de mitad de faena en adelante. La primera parte en la linea de no ajustarse. Rompió el toro a embestir con calidad y transmisión. Otro "nuñez" que se ponía a embestir después de arrear para coger. Marín viró el rumbo con un cambio de mano eterno y despacioso donde surgió su cintura. Ahí cambió la faena y el público berreó. Se dió cuenta y subió el ajuste y salió la calidad de su toreo que los aficionados esperan y saben que tiene. Dos series de naturales ligadas con distancia, una de ellas a pies juntos fueron superiores. La calculadora funcionaba. Muy listo el extremeño. Apretó cuando quiso. El 7 otra vez rasgándose las camisas. Realmente hubo dos muletazos eternos e inconmensurables. Y dos series muy buenas. Estocada caida. Y el clamor. Dos orejas. Y a la calle de Alcalá. Discutibles y no discutidas. Ahora salir en hombros está barato en Madrid.
Ginés Marín es un buen torero. Tiene clase y gusto. Valor suficiente. Mucha calidad y madera de figura. Y es inteligente. Si quiere mandar y oler los billetes grandes debe apretar. Si persevera en su versión conformista se quedará en uno más. Ayer en las Ventas se llevó el premio gordo con la inversión justa. Discutible puerta grande. Nuevos raseros a la baja y mucho alcohol en las venas en un público de aluvión alejado de la exigencia y el conocimiento serio que había en Madrid.
Aún así la tarde de ayer fue emotiva y muy brillante. De las que hacen afición y de las que ilusionan y mucho. Y se vió toreo del mejor, que de eso se trata.
Una celebración por todo lo alto de la FIESTA NACIONAL aunque a muchos les jorobe.  Cultura hispana en vena y alegrías para los que lo vieron y lo sintieron. 
Pues eso ...¡ Viva España! 

1 comentario:

  1. He visto la corrida leyendo este relato, al tendido rendido al alcohol y en parte, al hambre de triunfo.

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