martes, 14 de enero de 2020

EL JARAL DE LA MIRA UN PARAISO DEL GUADARRAMA



Una fría mañana de Enero en la dehesa de El Jaral de la Mira no es cualquier cosa. Mas bien es un regalo para los sentidos. Amanece tibiamente entre viejas encinas y robles ancestrales sobre la severa helada que ha dejado el arroyo petrificado en blanco hielo. El sol de Enero apenas puede con la gélida mañana que se intenta abrir camino para mitigar la pelona.
Cercados centenarios testigos impasibles del paso del tiempo recogen las reses bravas que han vuelto a campar a sus anchas después de un paréntesis sin habitantes de casta. Encinas milenarias, molinos de Felipe II, robles de ocho siglos, puertas y puentes con usía dan un aire de inmortalidad inmóvil a esta finca. Un parque jurásico; con una historia vegetal viviente y pretérita,  permanece silencioso guardando secretos de naturaleza y toros bravos. Abrigo de aves, zorros, jabalís, corzos y venados.
Suelos ricos y agradecidos de hermosas y amplias primaveras soportan jarales y carrascas junto a los "quercus" que se erigen en reyes del adehesado por edad y porte imperial. Historias milagrosas de otros siglos y fuerzas telúricas imprimen misterio y curiosidad por igual.


El Jaral de la Mira tuvo toros bravos desde hace un siglo. Primero la familia del Marqués de Alonso Pesquera que la fundó en 1930 con reses de Coquilla. Posteriormente en 1954 pasó a manos de la familia Jardón, empresario de la plaza de Madrid a finales de los años 70. En 1996 vendieron sus propietarios los animales a Fernando Peña que los trasladó a Toledo. Ya habían refrescado con procedencia Baltasar Ibán en los años 90 y eliminado lo anterior. Y desde entonces el toro bravo estuvo ausente durante dos décadas. La viuda de Jardón vendió finalmente la histórica finca en 2015 a sus nuevos y actuales propietarios. La familia Sandoval. Un apellido de éxito en la hostelería de primer nivel. Al frente del nuevo hierro se sitúa el matador de toros Rafael Sandoval. Alumno de la escuela taurina de Madrid de éxitos novilleriles en los albores de los noventa y actualmente reconocido sumiller.

Apostaron por esta histórica finca para volver a traer animales bravos al lugar donde estuvieron un siglo. A Laurentino Carrascosa le compraron casi toda su ganadería procedencia Torrestrella. Hicieron su propio hierro y compraron otro para pertenecer a la Unión de Criadores. Desde hace pocos años crían sus toros buscando la clase y la calidad. Cercados amplios, frescos y cuidados amparan las ochenta vacas de vientre y los novillos y sementales. Viviendo en el lujo de la dehesa jurásica de El Jaral.

La plaza de tientas en lo alto de un cerro domina una panorámica inigualable de la sierra de Guadarrama y la impresionante cruz del Valle de los Caídos. Una plaza serrana con sabor y empaque. Muros de granito mezclados con arquerías encaladas le dan un aspecto campero madrileño inconfundible. En ella se grabó la película "Aprendiendo a morir" donde un jovencísimo Manuel Benítez comenzaba su fulgurante irrupción taurina social y torera en la España de Franco.


La guinda de este paraíso es el conjunto de modernos espacios diseñados por sus nuevos propietarios para celebrar eventos sociales de alto copete. De hecho la familia Sandoval es un referente en el mundo de la cocina, el gourmet y la vanguardia gastronómica. Un complemento perfecto para disfrutar de la naturaleza y el buen comer. Rincones diseñados con buen gusto adaptados y capaces de acoger a lo mas glamuroso de la sociedad. Un indudable acierto para rentabilizar las ciento y pico hectáreas. El toro , la dehesa y el enclave magnífico de su ubicación hacen de el JARAL DE LA MIRA un lugar para sentir cosas buenas. Un paraíso a solo 50 kms de Madrid donde sumergirse en un mundo de paz, naturaleza y belleza antigua.


El proyecto de sus nuevos propietarios es envidiable. Sus anhelos como negocio no acaban en sus creaciones culinarias. Y es que han apostado por el toro bravo. En estos tiempos tan difíciles para criarlos. Y eso hay que aplaudirlo. Invertir un buen dinero para conservar una dehesa histórica y magnífica como esta es un ejercicio de  generosidad, valentía , afición que merece difundirse. Ecologismo verdadero y amor sentido por el toro bravo y por la naturaleza pura del campo de Guadarrama. Guardianes de una tradición centenaria en los campos escurialenses. Chapó y suerte a la familia Sandoval con este nuevo hierro de buena simiente y próspero futuro. Se lo merecen..

 
 Fotos: Jorge Delgado Casas.
 "Camino al toro".
 

 

 
 

 

 

jueves, 2 de enero de 2020

CAMINO AL TORO: UN DIA EN VALDEFRESNO




"CAMINO AL TORO" es una de las novedades atractivas que germinaron en este año 2019 recién terminado. Un aficionado, fotógrafo taurino y amante del toro; Jorge Delgado ofrece desde hace poco tiempo la posibilidad de visitar ganaderías de bravo en vivo y en directo. Pero no solo eso. Contemplar las labores de tentadero, herradero, ahijado, movimiento de toros en el corredero, montar a caballo entre las cabeceras de camada o disfrutar de las parideras en vivo y en directo. Incluso poder tentar con aficionados prácticos. Algo inédito hasta hoy.
El trabajo fotográfico de este joven madrileño está brillando por méritos propios en las redes sociales taurinas por su calidad. Esperar la luz adecuada, madrugar o aguardar pacientemente el ocaso para coger las mejores instantáneas del toro en la dehesa. Cuidar los detalles para que la aspiración del aficionado quede plenamente satisfecha.
Es un privilegio para cualquier amante del toro y del campo poder acceder a fincas míticas e históricas. Actualmente se extiende a las dehesas salmantinas, extremeñas y manchegas en las que pastan cientos de ganaderías de primer nivel.

Su estrecha relación de amistad con los ganaderos; ha propiciado que estos abran las puertas de sus fincas para pasar un día inolvidable de emociones y sensaciones únicas. Contemplar a escasos metros un nacimiento en directo o escuchar en silencio el trote de una manada de cinqueños galopando a tres metros es un placer muy difícil de obtener. Hoy gracias a CAMINO AL TORO es posible.
Para un aficionado es algo imprescindible. Pero no solo el toro es el protagonista. La dehesa, ese ecosistema ibérico de alto valor ecológico y faunístico, compone el marco perfecto para el disfrute de los sentidos. Y conocer a las gentes que las mantienen como hace dos siglos y que se juegan su dinero por la supervivencia de la especie animal mas exclusiva del mundo. Escuchar sus experiencias, su lucha diaria, sus anhelos e ilusiones complementan las visitas y abren las mentes de los visitantes a la problemática diaria de un ganadero de lidia.

El pasado domingo tuve la ocasión de visitar la ganadería salmantina de Valdefresno de la mano de Camino al Toro. Una preciosa finca ubicada en Tabera de Abajo. Allí pastan los"lisardos"que sobreviven casi como encaste en vías de extinción, lejos de los años de oro del encaste Atanasio Fernández. Su propietario José Enrique Fraile nos preparó una visita excelente, por el trato exquisito y educado y por la belleza de lo mostrado. En manos de la familia Fraile desde 1911 esta finca dedica 500Ha para el bienestar animal del bravo, del cerdo ibérico y del vacuno manso. Espacios enormes e impolutos para albergar unas pocas cabezas. Que vengan a verlo los ecologistas de despacho, los ignorantes y los alumnos de los colegios. Alucinarían con tanta belleza y respeto por nuestra naturaleza y por el rey de la fiesta.
La dehesa lucía verde y ensapada de agua por las recientes lluvias. Encinas centenarias cuidadas con esmero, podadas con mimo .Un día luminoso; después de jornadas de intensa niebla.
Vistamos los toros de saca de las plazas de primera. Los toros de plazas de segunda. Las vacas de vientre, lustrosas, de pelo brillante y abundante, arropaban la piara de becerros recién nacidos. Tuvimos la suerte de ver un parto en directo. En una hermosa encina una vaca con la placenta colgante; lamía a su becerro acostado y frágil. Recelosa y maternal. Una imagen preciosa que solo se puede ver en el lugar y momento adecuado. A los pocos minutos el becerrín se ponía de pie a duras penas...


Contemplar un viejo semental indultado viviendo sus últimos años de vida tras padrear varios lustros fue otro placer indescriptible.
Para finalizar; contemplar ( y en mi caso participar) en un tentadero de hembras en la hermosa plaza de tientas fue el colofón a una mañana en el campo charro de las que no se olvidan y llenan los sentidos.


Comentar con la familia ganadera los avatares de la jornada con un buen vino y un embutido ibérico cerraron una mañana sensacional.
Así se hace mas y mejor afición. Los ganaderos han apostado por esta nueva forma de negocio y difusión del toro. Y han acertado. Con gran generosidad han abierto las puertas de cercados, placitas y palcos privados para que el aficionado conozca lo que cuesta ser ganadero de reses bravas en la España de hoy. Es de agradecer, valorar y reconocer el esfuerzo y el trabajo de estas nobles gentes que siguen las tradiciones familiares de generaciones por seguir criando al toro para sostener nuestra fiesta. Un negocio ruinoso. Y estos románticos enamorados y mas ecologistas que cualquier "Greta" de turno se juegan su patrimonio por un amor y una afición.
Larga vida a la ganadería de Valdefresno y suerte a "Camino al toro" en este innovador y admirable proyecto de fomentar afición y ayudar a cumplir sueños.
Suerte a José Enrique Fraile y familia y enhorabuena a Jorge Delgado por su trabajo bien hecho y su ilusión por enseñarnos el camino al toro...