lunes, 4 de septiembre de 2017

ROMAN A CODAZOS CON TORAZOS.


Roman Collado joven matador valenciano está siendo una de las grandes revelaciones de la temporada 2017. Sus triunfos en plazas de primera y con todo tipo de toros le han consolidado como un torero llamado a entrar pronto y por derecho propio en las grandes ferias.

El corrupto y pestilente sistema actual no permite acartelar a los que triunfan y se lo ganan en el ruedo. Pero si a los que trabajan para los amos del tinglado cual peones de obra. Por eso los carteles son repetitivos y aburridos y no va la gente a volverlos a ver pasar la tarde. Digase Padilla, Fandi, Paquirri,El Cid,etc..

Pero Román paso a paso y matando de todo se ha convertido en un torero firme y capaz. Con cuadris en Valencia. Con cebadas en Pamplona. Miuras en Bilbao. Ayer una de doloresaguirre en un pueblaco dando la cara ante unos bichos toscos. Lo que le echen y no es lo mas apetecible. Y con verdad y entrega.

Como pasó el 15 de agosto en Las Ventas. Con toros de Joselito. Dos faenas intensas, sinceras y valientes. Y una de ellas de buen toreo, larga distancia y mano baja. Su espada está funcionando en las citas claves porque se tira recto y drecho con ganas de matarlos por arriba. Una puerta grande en Madrid, señores y de ley.



Orejas de gran valia. Como en Pamplona con un duro cebada o en Bilbao con un gigantón de miura al que metió en la canasta por tragar y exponer. Y cobrando porrazos y polizones por andar a codazos cada tarde. Y en Madrid una tarde de puerta grande justa. Peleándose con un encastado y pegajoso con mucho que torear y toreando a placer a otro bravo y noble. Ya habia apuntado una notable evolución en San Isidro en dos tardes serias y toreras. Valencia en marzo y julio con triunfos incontestables. Plazas de primera y ganado duro. Prueba superada. Muchos golpes en la mesa que no tienen mas remedio que ser escuchados y recompensados.

Su carrera novilleril fue exitosa. Lider de la novilleria ilusionó con sus maneras de mano baja y alegres actuaciones. La alternativa le frenó en seco y muchos le castigaron muy severamente por una mala tarde en Valencia. Le dejaron parado en su casa. Cierto que aún estaba verde pero no le dieron opción. Se pasó un año borrado del mapa y ahí empezó su resurgir. Valencia le volvió a dar una carta y se enganchó a ese cabo cual naufrago. Escalando desde abajo y con entrenamiento Román ha ido aprendiendo el oficio sin perder ese valor a veces alocado, ganando en aplomo, solidez y poder.


Y lo está demostrando con toros con toda la barba de esos que no ven los que torean todos los dias.

La conexión con los tendidos es inmediata con este torero. Su eterna sonrisa y carácter abierto le dan un plus para enganchar enseguida. Un desparpajo y desnvoltura sobre la arena poco común. Y la actitud de no dejarse nada en el tintero dando todo lo que sabe es de agradecer y valorar. Y ese grado de incógnita de no saber lo que va a pasar le dan expectación y atención al respetable conectando rápidamente.

Su concepto es muy simple. Bajar la mano, llevar largo y pasarselos cerca. Dentro de un estilo clásico sin florituras. El toreo de siempre que emociona por la verdad. Y ante un toro toro.

Desde luego que esta temporada ha sido un aldabonazo importante. La gran revolución y la gran evolución.  Ya no es una promesa de torero imberbe y cara de niño. Sus demostraciones este año han sido de lo más serio de la temporada. Y es un matador al que hay que darle lo que se ha ganado. Que sea pronto y que siga así Román porque si la suerte y los taurinos le respetan puede ser un torero grande y duradero. Dios lo quiera...







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