domingo, 28 de noviembre de 2021

EN LA MUERTE DE CESAR PALACIOS.

 

Hoy día 28 de Noviembre de 2021 ha muerto D. Cesar Palacios. El arenero pintor o el pintor arenero. Personaje de la plaza de las Ventas y del barrio del mismo nombre. El último castizo. Un hombre que durante más de dos décadas ejerció como arenero del piso de plaza. Desde su burladero del 6, plasmó en sus apuntes durante muchas ferias su visión de los instantes que a él le generaban una emoción. Como él decía, para pintar tienes que captar algo que te llene y no todos los días se está igual, como los toreros delante del toro.

Su vida giraba en torno a la plaza de las Ventas. Necesitaba "su plaza" en vena. No podía vivir sin ella. Su corazón partido entre su señora esposa y su Monumental. La miraba, la admiraba, la sentía. Después de jubilado seguía yendo a ver los toros a los corrales y a su burladero junto a sus compañeros de rastrillo. Estaba enamorado desde niño del toreo y del toro.

Colaboró en periódicos, publicaciones y multitud de libros. Expuso sus obras taurinas en las salas de la Plaza. Palacios tenía un estilo inconfundible. Veías un cuadro y sabías que era suyo. Había un sello especial y una forma graciosa de pintar cualquier lance de la lidia con una sencillez notable. Y con la difícil facilidad de hacerlo en un periquete. Cuantas servilletas te pintaba mientras te acababas una caña a su lado en la barra de un bar del barrio. Y eran tesoros que regalaba y dedicaba a cualquier amigo o aficionado. Con gran humildad siempre. Sencillo, bohemio, torero.




En el año 2019 expuso en la sala Bienvenida una colección que tenía escondida y jamás había mostrado. Una magnífica exposición de arte moderno taurino. Asombró por su capacidad en aquellos cuadros. Una faceta desconocida. Un pintor que manejaba el lienzo con maestría y belleza en el estilo más abstracto y moderno. Era tan humilde y tan clásico que no se había atrevido a mostrar al mundo esos magníficos cuadros dignos que cualquier sala de pintura de nivel. Le daba vergüenza. Uno de aquellos cuadros fue elegido para ilustrar la corrida goyesca del 2 de mayo de 2018. El pintor más goyesco y mas castizo. El de las patillas generosas dieciochescas. Sus gafas de metal, y su gorrilla campera calada. Paseaba la calle Alcalá con el garbo de un torero antiguo. Con su pitillo que jamás soltó. Y mirando a su novia eterna siempre de reojo. Era su vida. Su salud estaba dentro de la plaza viendo toros.

Tuve la ocasión de presentar en varios sanisidros su libro de los mejores instantes de cada feria recogidos en un librito "Bajo la mirada de Cesar Palacios". Era hombre de pocas palabras como muchos artistas lo son. Pero era sencillo, tímido y poco amigo de agasajos. Gustaba de tapear en tabernas taurinas, de hablar de toros y de pasear por su querido barrio donde pasó toda su vida. De la calle Bocángel ni más ni menos.

Cesar Palacios no solo fue un bohemio y un personaje fundamental en el paisaje cotidiano de Las Ventas. Fue además un magnífico artista y un grandioso aficionado. La CAM tuvo el gran detalle de dedicarle una placa en los muros de "su casa"en reconocimiento a su trayectoria y a su arte con el lápiz y el pincel. Fue el pasado 2 de mayo. La muerte andaba rondando con su guadaña. Su salud estaba muy delicada. Los viejos pulmones llenos de humo y vivencias se estaban agotando. Pero el pitillo era para él como la plaza de Madrid. Decía que había aprendido a fumar de Antoñete. Y que ya no se fumaba como antes. Recuerdo sus rabietas cuando tenia que salir a fumar a la calle porque ya no dejaban hacerlo en la barra junto al vino y la tapa. No lo entendía. Añoraba los tiempos pasados. Añoraba los grandes ambientes taurinos de los alrededores de Las Ventas. La edad de oro, las salidas en hombros con los toreros izados calla Alcalá arriba. La pasión de los mejores años de toros en Madrid habían quedado atrás y como él decía, eso se te queda grabado para siempre. Y lo comparto totalmente.Y ya nada es como fue. 

Su mirada melancólica se perdía por esas callejuelas de la barriada de su infancia, de toda su vida. Añorando lo que sus ojos vieron tantas y tantas tardes al sol del tendido 6. Recordando paseaba lleno de torería mirándola una y otra vez.
Tuve la suerte de tratarle y hablar de toros con él. Su"Rincón " en la sala Rociera Alcalá 202 donde su amiga Maribel le dedicó un espacio perenne, tenía un sabor especial. Allí hacia su parada al ir o venir de los toros. La esquina de la larga barra era suya. Bebía su vinito con pausa, despacio, con temple; sin prisas. Hombre pausado, sereno y sensible. Humilde, callado, que sabia escuchar y sentenciar.

Se nos ha ido un personaje irrepetible. El último castizo. las eternas patillas goyescas. Nos ha dejado su obra, su sencillez y muchos apuntes dignos del mejor marco. Hasta siempre...D.César. Siéntese en su burladero del cielo y encienda el pitillo que San Isidro ya está aquí...





2 comentarios:

  1. Bonito y sentido homenaje a Cesar Palacios, personaje inolvidable del Coso Venteño,DEP. 🙏🙏

    ResponderEliminar
  2. Por lo leído de este castizo,acá en tierras navarras tuvo un gemelo, también ya desaparecido: Antonio Loperena, un pastor que fue de toros y ganado bravo y, quién lo diría, se recreó -y de qué forma- en la pintura taurina y en la escultura. Ole por el artículo. Pena que se vaya la buena gente.

    ResponderEliminar