lunes, 19 de septiembre de 2022

FERNANDO ROBLEÑO BORDA EL TOREO A UN ESCOLAR DE BANDERA

 Fernando Robleño ha realizado una de las mejores faenas de su ya larga carrera en Las Ventas. Fue ayer con un imponente toro de José Escolar de 605 kilos que embistió de categoría. Un animal extraordinario con un recorrido largo y humillado lleno de nobleza. Un toro de suprema calidad y alegres embestidas.

Delante de él un Robleño inspirado, torerísimo y entregado. Una faena primorosa. Colocación y distancias perfectas. Perdiendo pasos justos y en el sitio clave para torear de verdad. Con la izquierda la faena alcanzó cotas sublimes. Enganchaban los vuelos de la pañosa en el hocico del escolar. Brotaron naturales cadenciosos, largos y rematados detrás de la cadera. Los remates de tricherilla y desdén rezumaron sabores añejos. Largos los de pecho, ceñidos y con salida por la hombrera contraria. Fernando Robleño hizo el toreo. El de verdad. El que se remata detrás de la cadera. El toreo de la suerte cargada y el medio pecho en los cites. Él que sabe los secretos de Madrid y que es torero venerado por el sector crítico de Las Ventas lo supo hacer y los olés sonaron roncos y rotundos. A pesar de que la plaza estaba vacía. Los cuatro gatos que estaban paladearon y rugieron desde el alma olés de cante grande.

Una faena rotunda, preciosa, pura y torera de principio a fin. En el otro toro ya había estado muy bien con él ;en la misma línea. Robleño es torero de casta y corazón. Ayer venia convencido y dispuesto a no dejarse nada sin mostrar. Madrid capta siempre esas actitudes y estuvo a su lado desde el comienzo de su actuación. La espada arruinó su tarde y le quitó la gloria, la foto de la puerta grande y algún contrato en ferias venideras. Un tributo cruel fallar a espadas. Las dos vueltas clamorosas y los gritos de "torero, torero" habrán sido el bálsamo para sobrellevar los pinchazos. El premio de consolación no debe hacer olvidar este magnífico capítulo venteño.

Muchos habrán descubierto al madrileño ayer. Otros aficionados sabíamos que sabe torear y además muy bien. Casi nunca le dejan demostrarlo los toros duros que tiene que despachar desde hace años. Curtido con todos los hierros del circuito de alimañas ha demostrado en dos décadas de alternativa su capacidad, su valor y su poderío. Es un gran profesional. Pero ayer exhibió su calidad y su torería para cuajar a un bravo toro. Y torear con gusto, empaque y rotundidad.

Francia le salvó en sus años mas oscuros. Allí fue idolatrado. Madrid siempre le respetó y le dio su sitio. Pero fuera de eso ha sido un torero ignorado en muchas ferias y maltratado por empresarios y apoderados. Una pena y una muestra mas de la podredumbre del inframundo taurino. No merece este trato. Es un torero en su plena madurez. Con torería, gran valor y sentido de la lidia. Con elegancia añeja. Este torero merece otro trato. Hay que hacerle caso y ponerle. Que otra vez ha estado en su casa casi todo el verano yendo a pueblacos a matar gayumbadas y sin pisar ferias importantes. Madrid se acordó de él y otra vez fue su salvavidas como ocurrió hace unos años en otro septiembre con los toros de Valdellán.



Ahí ha quedado la faena de la temporada en Las Ventas. Y para el recuerdo las embestidas soberbias de "Camionero" de José Escolar, un gran ganadero. Y cuatro frikis que lo vieron y guardaran en su retina el toreo bueno desplegado por el pequeño gran Robleño.

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