lunes, 30 de septiembre de 2024

ENRIQUE PONCE FIRMA SU ULTIMA LECCION EN LAS VENTAS

Enrique Ponce se despidió de Madrid el pasado sábado dictando su última lección de maestría. Aparte de las dos orejas concedidas que supusieron su quinta puerta grande lo mas importante fue su faena al cuarto. Su primero se partió un cuerno en el jaco y el presidente no tuvo la sensibilidad de devolverlo en tarde tan señalada y se montó un escándalo de protestas.  Ponce lo mató sin montar faena alguna pues aquello era lamentable con un toro sin pitón y sangrando.

Su último toro fue un serio juanpedro con poca fuerza y raza. Se picó muy bien y el mismo Ponce lo enceló con el capote llevándole en linea recta y subiendo el capote para tratar de alargar los viajes.

La faena no admitía series largas ni poderosas de toreo fundamental porque el toro no lo tenia. Poca raza y justo poder. Ponce empezó con muletazos elegantes de templado trazo. En la raya y frente al tendido 7 empezó a escuchar algunas protestas de ese sector censurándole la colocación. Como toda la vida fue con él. Con otros no hay lupas.

Había que administrar la escasa fuerza y la media arrancada. El maestro valenciano lo hizo en una exhibición de suavidad templada y excelsa técnica. La muleta a media altura y cerca de la cadera. Con las yemas fue poco a poco sacando naturales de uno en uno. Faena de precisión en alturas, sin toques apenas y con una suavidad al alcance de muy pocos. Un gran sentido de la medida. 

Para finalizar ligó dos poncinas con el pase de pecho que casi fueron perfectas. Algún remate por bajo y cambios de mano exquisitos marca de la casa.

Para el final dejó un estoconazo de libro tirándose a matar de verdad y enterrando el acero en la misma yema. Salió sin puntilla el colorado y flamearon los pañuelos. Se concedieron dos orejas que fueron el pasaporte para su quinta puerta grande en esta plaza.

La salida en hombros fue apoteósica. No se iba cualquiera. Se iba un torero de época. Un maestro de la tauromaquia que ha competido y sobrepasado a muchos toreos de los años 80 y 90 que fueron grandes figuras para la historia.

Sus números están ahí. Treinta y cuatro años de alternativa. Triunfó en todas las plazas del mundo. Diez años encabezado el escalafón Toreando mas de cien tardes. Mandando y arriba del todo durante tres décadas. Ídolo en Francia y en América. El mejor torero con el toro malo y medio que se ha visto. 

Solo una inteligencia privilegiada como la suya es capaz de lograr esos números que nadie ha conseguido en la historia. El torero que mas y mejor ha pensado delante del toro. Unido a una afición desmedida, valor, raza, técnica excelsa, elegancia y amor propio para competir hasta el último día. Torero de clase y empaque.  Por todo esto ha sido un maestro histórico del toreo.

En Madrid mató de todo. Dolores Aguirre, Cuadri, Victorino, Samuel Flores. Mas de ochenta tardes y un montón de faenas para recordar. El numero de puertas se ha quedado en cinco. Pudieron ser mas por la espada o robos del palco. También en las Ventas sus datos son aplastantes como su histórica faena a Lironcito de Valdefresno que ha quedado para la historia casi centenaria de esta plaza de Madrid.

Los amargados antis que siempre tuvo lamentan esta ultima salida en hombros. Se mofan de su carrera. Que si no se manchaba el traje, que si toreaba con el pico, que si solo acompañaba y no toreaba.

Pues a esos hay que decirles que negar a Enrique Ponce es no tener ni idea de lo que va esto. Es como los que niegan al Real Madrid y sus salas de trofeos hasta el techo de copas. No se puede conseguir estas cosas siendo un fulero como dicen cuatro amargados. Otra cosa es que te guste mas o menos sus formas y su toreo.

Pero Ponce el sábado dictó su última lección de como inventarse una faena con una mierda de toro y cortarle las orejas. Esa facilidad para hacer lo difícil algo fácil. Y eso no lo hace nadie. La sutileza de la faena y los secretos de la misma solo los conoce él y casi nadie sabe como lo hace. Los maestros lo son por eso. Y esa ha sido lo que le hizo marcar la diferencia. No solo fue empaque y gusto. Inteligencia y sapiencia. Casi nada....

Se va un MAESTRO CONSUMADO DEL TOREO que marcó una amplia época en la historia taurina.. Larga vida y gracias por tanto.

Hasta siempre Don Enrique Ponce.












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