miércoles, 10 de mayo de 2017

ANTONIO FERRERA ; LA PLENITUD DE UN MAESTRO.



Después de su calvario de dos años apartado de los ruedos por una grave lesión en un brazo, más de treinta cornadas en su cuerpo y 22 años de alternativa, Antonio Ferrera se ha sublimado en Sevilla.
Sus dos tardes han resultado un aire fresco para la apatía generalizada del sota, caballo y rey.
La exhibición mostrada en la Maestranza ha sido total. Con toros de Victorino primero, en una tarde de valor, poder y entrega absoluta. Una alimaña a la que ganó la pelea en una faena de emoción tan escaseante en esta fiesta anodina. Jugársela y ganar y con un toro de verdad.
Con los toros de El Pilar salió la torería. El sentimiento del alma que posee este torero. El paso de los años, la madurez y el conocimiento se aliaron con sus anhelos estéticos y artísticos que siempre tuvo.
Y brotaron los olés de Sevilla. La inspiración de sacar un toro del caballo con quite por faroles ejecutados con pasión y perfección no se había visto ni con el tunante de las cuatro tardes. Una faena de muñecas perfectas, temple, vuelos cadenciosos, suavidad, inspiración y puro sentimiento. Y otra vez la entrega en la suerte suprema donde se dejó la puerta del príncipe a cambio de dos pitonazos en el pecho por no rehuir la verdad. Asombroso.




Antonio Ferrera se ha consagrado en esta feria de Abril como un maestro consumado del toreo. no reconocido por muchos hasta ahora. Algunos sorprendidos del torero que han visto. Y es que ha sacado los colores a muchos compañeros con dos tardes de antología. Matando una dura y otra mas asequible y brillando en las dos. Rotundo y merecido triunfador de esta feria del medio toro y el medio pase.

Ferrera ya dejó hace mucho de ser Ferrari. Se ha templado en todo. Y su toreo fluye con una seguridad y una naturalidad que llegan dentro. El dominio del capote con unas verónicas que han borrado al cacareado Morante, sus quites de muñecas caídas meciendo el capote a cámara lenta o su muleta inspirada y elegante han sentado cátedra de lo que es torear. Y es que solo los maestros merece ser llamados así cuando demuestran el dominio total de la materia.
Antonio Ferrera domina el toreo de cabo a rabo. La puesta en escena de sus actuaciones llena el escenario plenamente. Su fuerte personalidad y un sentido del espectáculo muy marcado se llevan de calle al público. Y ahora cercano a la cuarentena, después de haber matado de todo, haber sido machacado por los toros e ignorado por muchos se ha rebelado para dar un mazazo y decir aquí estoy yo.
Esa fuerza de voluntad y ese valor de acero no se compran. Y el poso de los años y la experiencia del oficio bien aprendido hicieron lo demás. Y una cosa más; la toreria y el arte que tiene dentro de si Ferrera y que hace conectar con el público que capta lo que le sale del alma porque es torero de sentimiento, que siente lo que hace y lo expresa toreando con gran empaque y calidad.
Llega el momento de mostrarse en su apogeo y de admirar a un magnífico torero. Un MAESTRO que lidia, domina y torea.


El camino ha sido largo y duro. Es el momento de disfrutar de un maestro en plenitud; Antonio Ferrera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario