martes, 15 de mayo de 2018

LA INCOMPETENCIA INDIGNANTE DEL PALCO DE MADRID


Lejos empiezan a quedar los tiempos en los que el palco de la Plaza de toros de Las Ventas gozaba de un equipo serio, cualificado y aficionado. Señores presidentes como Luis Espada, Juan Lamarca o Marcelino Moronta por ejemplo, mantuvieron el rumbo y la seriedad de la llamada primera plaza del mundo durante años.
Este año  2018 y en menos de dos meses se ha pulverizado el criterio, la seriedad, y lo que es aun peor, el respeto al espectador que es que paga.
Empezemos por la corrida del Domingo de Ramos donde el presidente y su equipo veterinario aprobaron y consistieron lidiar un toro de Victorino Martin con una cornada en el culo. El boquete se veía desde la andanada. Lógicamente el toro renqueó ostensiblemente y no fue devuelto al corral. Un lisiado toro herido y sangrando que nos colaron a los aficionados en nombre de la autoridad. Una estafa con mayúsculas. D. Jesús Gómez Martín.


En la Feria de la Comunidad( 1de Mayo), con cuatro pañuelos otro señor dio una oreja a un novillero. Y en el otro novillo donde la petición fue absolutamente mayoritaria se lo guardó para evitar una salida en hombros que hubiera sido de charlotada. Una incompetencia total. Un ridículo de aupa.
En la cuarta de este San Isidro tras una buena faena de Fortes con estocada incluida se pidió una oreja con una mayoría casi absoluta. Y un tal Sr. Magán se pasó por el forro lo que pedía el público y no concedió la oreja que era de ley ahora y en cualquier época. Y se montó un escándalo público provocado por un presidente que decidió que no era de oreja. Una cacicada incomprensible. No se estaba pidiendo la segunda, sino la primera que es del público. Tampoco se estaba midiendo una posible puerta grande. Y el señor que en teoría tiene que defender el reglamento, la seguridad y el orden público propició un altercado descomunal e indignó a miles de personas que bardaron el ruedo de almohadillas. Si este fuera un país serio, automáticamente estaría cesado en la calle. Y si tuviera vergüenza, debería admitir que la cagó y marcharse a su comisaría.



Dos días después con cuatro pañuelos D.Justo Polo concede una oreja con una minoritaria petición rebajando el "nivel "que el ínclito Magán  había "acaudillado" unipersonalmente.
Para remate hoy 14 de Mayo; el Sr. Jesús Gomez, el mismo  que el Domingo de Ramos apadrinó el fraude de aprobar y lidiar un toro corneado y sangrando y mantenerlo en el ruedo pasándose por el arco las protestas del público, se ha vuelto a coronar de gloria.


Toro de Las Ramblas "Opaco".
Salió un toro de las Ramblas, de nombre "Opaco" y se emplazó en los medios. Apático y sin acudir a los cites. Los banderilleros Carretero y Otero con muchas precauciones y poca intención real de r ir por él se quedaron a muy prudente distancia sin insistir. Su matador David Mora tampoco estaba por la labor atrincherado en el burladero. Pasaba el tiempo y no había valiente de pararlo. Recordé tiempos pretéritos donde los peones de antaño que sabían y valían se iban a los medios a romper y parar a los toros emplazados y mansos. Me acordé de Ruiz Miguel, de Esplá...
 Estos de hoy se quedaron detrás de la mata. La profesionalidad y la vergüenza torera se echaron de menos. Y el valor.


Y el señor Gomez preso del pánico sacó el pañuelo verde y lo mandó al corral sin saber si el toro estaba lisiado, era manso, ciego o cojo. Pudo sacar el blanco y ver al toro en los caballos donde muchos mansos rompen. Pero sacó el verde incumpliendo la lógica, reglamentos aparte. Siendo cómplice y haciéndose el amíguete de los toreros a los que no quería hacer pasar un mal ratejo. Y así tan amigos.
Su decisión indignó y dejó boquiabiertos a gran parte de la plaza por su falta de conocimiento y con razón. Van dos errores graves en un mes. Y en ambos en contra del público, que es quien paga y al que debe defender. Muy mal. Garrafal.
Este es el estado del palco de Madrid. Ocupado por personas que han demostrado reiterativamente su incapacidad para ocupar tan importante sillón. Madrid está sin norte y sin autoridad. Es un hecho irrefutable. La pena es que no se destituya a nadie aunque le tomen el pelo al personal. La pena es que los políticos los ponen ahí. La pena es que los peores aficionados los tenemos dentro de la fiesta. La pena es que los que hacen mas daño están en los palcos y en los corrales. La tragedia es que en esta España desgraciada cualquiera puede ser cualquier cosa y hacer lo que le salga de ahí.
Ya ni el palco de Madrid sabe nada de toros ni vela por nada ni por nadie. Si el señor Font levantara la cabeza los mandaba a dirigir el tráfico y los echaba de la plaza. Fuera del palco ya;! a los indignos que lo ocupan hoy dia. Son ustedes pésimos.

1 comentario:

  1. Magnífico artículo!!, reflejo de lo que está ocurriendo en esta Noble Plaza, que parece, ya se pone en duda hasta el reglamento taurino.

    ResponderEliminar