La ganadería de Fuente Ymbro es por derecho propio una de las mas importantes de la actualidad. Esta temporada de 2018 lidiando muchas corridas y en plazas de primera ha dejado impronta de casta y bravura permitiendo tardes de toros de emoción e interés.
En Madrid ha lidiado cinco veces entre novilladas y corridas de toros con la dificultad que eso conlleva. Y ha sacado alta nota.
Un gran toro en San Isidro para Román de casta desbordante y una muy interesante corrida en otoño que permitió la gran tarde de Diego Urdiales con su histórico triunfo son muestra de ello. Y cuatro o cinco novillos simplemente de bandera.
Y es que dentro del encaste Domecq hay muchas ganaderías buenas a pesar de su mala fama entre los aficionados presuntuosos de saber. El toro de FY es serio, musculado y con mucha movilidad. Y nada tonto. Suele ser encastado y repetidor. Un toro que acomete y no perdona errores porque es encastado y con un punto fiero. Ofensivos por delante y de comportamiento alegre precisan profesionales dispuestos y con conocimiento delante.
Pero han permitido faenas extraordinarias de toreros que con entrega han sacado lo mejor de ellos. Muchos toros célebres y premios consecutivos en las ferias mas toristas. Además de decenas de toros indultados por bravura de categoría.
Pamplona, Madrid, Sevilla, Valencia, Dax, Mont Marsan, Nimes entre otras ferias de primera, son feudos conquistados por estos toros donde cada año son fijos por dar espectáculo y emoción. Una ganadería larga con muchas madres de vientre y mas de cien toros de saca al año y muchas novilladas picadas. Conseguir ese nivel con tantos animales es francamente difícil. Su criador Ricardo Gallardo, ególatra de libro, ha sabido crear un tipo de toro enrazado que sirve para el toreo moderno pero que exige mucho al torero. Es bastante frecuente que salgan animales con malas ideas y difíciles. Pero esos también emocionan y sirven a los toreros para medirse.
Muchos toreros se atrevieron a matarle camadas enteras como Iván Fandiño y se hicieron figuras con ellos. Otro que apostó y creció como torero fue Miguel Angel Perera. Otros probaron y salieron trasquilados. Es lo que tiene la casta.
Y es que este encaste bien seleccionado puede dar el mismo espectáculo o más que otros hierros de color grisáceo que tanto vocean los gurús del torismo.