La corrida de José Escolar era uno de los escasos reclamos toristas de esta feria domecquiana. La ganadería de Pichorrongo vino a Las Ventas con un lote muy serio y astifino.
El cartel de supuestos gladiadores y especialistas propiciaba el interés. Escolar lleva mas de treinta años viniendo a San Isidro y solo les habian cortado dos orejas sueltas en tres décadas.
Octavio Chacón se topó con un primero bueno y escaso de fuerzas. Por allí anduvo pajareando sin quedarse quieto ni torear asentado. Un toreo defensivo y movido. Con el cuarto que era un cabrón no se dejó coger. Otro desastre con el acero. Su tarde da que pensar. Desconfiado y perdido en la suerte suprema. Mala tarde, oscuro futuro. Mató el sexto por cogida de Gomez del Pilar y en este no hay que objetarle. El pajarraco era un criminal con pintas. De nuevo un naufragio con el descabello.
Lamelas, el taxista de Jaen anduvo con voluntad. Su lote se movió sin entrega y con peligro sordo. El segundo lo cantó mas. Se quedaba debajo tobillero. El jienense lo intentó pero con precaución. En cualquier momento podia llegar la voltereta. Aquello quedó en una porfia. El quinto era de apostar. Probaba pero iba cuando se le llevaba toreado. Era mucho trago quedarse quieto. Pero tal vez se hubiera entregado a una muleta firme y a una bragueta más sólida. Lamelas hizo el esfuerzo sin pasar la raya. Pero pudo mas el pajareo que la firmeza. Estos toros necesitan ser llevados muy tapados en las telas. Y que sientan quien manda. Pero están al acecho y exigen una enormidad. Lamelas quería pero no podía. Pasó un trago con un complejo lote que tuvo sus opciones. Pero apostó lo justo para matarlos pero no para el triunfo.En el sexto se volvió a ir a los chiqueros a ponerse de rodillas. Mala decisión. Saliendo tan difícil la corrida olía a temeridad. En un frenazo le desbarató la larga cambiada y ya en el suelo y sin engañó le cazó con una puñalada en el culo y un cuernazo en la cabeza. Fuera de combate, noqueado y corneado en el glúteo fue a la mesa de operaciones pagando con sangre la tarde de mas entrega vista en esta plaza con albaserradas en muchos años.
Resaltar que ese sexto fue un criminal que no tuvo ni un pase. Una alimaña de las de Victorino el viejo. Ángel Otero se jugó la vida en un par escalofriante casi contra las tablas y con el toro apretando para matar. ¡ Qué torerazo ! el mejor par de la feria y de muchas ferias. Ya antes había hecho el quite de peligro a su matador en la portagayola con gran precisión y acierto. A este banderillero hay que darle un premio. Ese par no lo pone cualquiera. La ovación fue de clamor con la plaza puesta en pie.
Y se acabó la corrida. Nadie se aburrió. Dura, encastada y muy dificil corrida de Escolar. Tiene que haber de todo. La emoción que se vivió ayer fue enorme. Toros duros y un torero de Cedillo del Condado que se jugó el bigote a ley; haciendo el toreo.
La grandeza de la fiesta es esto.