Ayer se despidió definitivamente del toreo JJ Padilla ( 1973) en la plaza de México DF. Triste entrada de público para su último día de luces. El cartel no era de tronío...
Después de cientos de volteretas, porrazos y 39 cornadas, varias casi mortales y perder un ojo ha quedado marcado para siempre cual Ecce Homo. Su cara torcida, su mítico parche y últimamente su pañuelo en la cabeza cual pirata auténtico para tapar la última puñalada que le arrancó la cabellera este mismo verano. Un cromo.
Y es que JJ Padilla ha entrado por derecho propio en el Olimpo de los Héroes a puro cojón. Su carrera se ha dividido en dos partes. La primera desde su alternativa en 1993 hasta la cornada de Zaragoza el 7 de octubre de 2011 donde quedó tuerto. En esos años se las vió con las corridas más duras del mundo. Camadas enteras de Miura y todos los hierros de la hiel del campo español. Y año a año mantenía su lugar de privilegio en el "club" de los toreros de las duras. En Pamplona resucitó de un cornalón y triunfó convirtiéndose en hijo adoptivo de San Fermín. Muchas plazas pisadas dando la cara siempre sin esconderse. Dándolo todo en cada toro. Un año se fue a portagayola a cada uno de los toros que lidió. Una proeza. Y por chiqueros salían criminales.
Pero la cornada de Zaragoza le puso al borde del abismo. En solo cinco meses y tras un calvario de operaciones en su cara reapareció en Olivenza como si no hubiera pasado nada. Asombroso. Parecía imposible que tan poco tiempo después de aquella imagen espantosa ese hombre pudiera banderillear, torear y cortarle las orejas a una corrida. Y no era una vuelta entre algodones. Siete años en los mejores carteles y lidiando los hierros mas apetecibles y con las figuras. Mas de quinientas corridas de toros en todo tipo de plazas de España, Francia y América en esta segunda etapa y manteniendo un nivel con el toro que se deja torear. Ahora no se trataba de esquivar tarascadas y taponazos. No desentonar entre figuras y triunfar con regularidad ha sido el secreto.Y en estas corridas también triunfó con sus cartas; la honradez y la entrega. La personalidad de Padilla y su fuerza de voluntad de acero le han mantenido al mismo nivel que antes del gravísimo percance. Un hito.
Buen banderillero, muy seguro estoqueador y variado y vistoso capotero siempre se caracterizó por dar espectáculo en todos los tercios. Quizá su muleta no fue su fuerte pero su técnica y variedad brillaban en sus faenas para el público menos entendido.
Veinticinco años de entrega absoluta por ser torero. Contra todo y contra muchos que le ningunearon o despreciaron como a un don nadie prensa y "afisionaos enteraos". Lo que ha conseguido Padilla en el toreo no lo ha hecho ni dios. Resurgir y después triunfar en mas de 500 corridas en todo el mundo no tiene parangón.
La fé de Padilla ha movido montañas. Su fuerza, constancia, superación, valor, honradez, dignidad han sido valores de hombre íntegro que le han hecho llegar a lo más alto viniendo de lo más bajo. La capacidad para levantarse y seguir. Un hombre movido por una fé profunda en Dios y en si mismo. Una escalada solo al alcance de los héroes. Y Juan José Padilla es un HEROE por todo lo que ha conseguido en su paso por la vida.
Llega el momento del retiro después de mil batallas. El Ciclón de Jerez ha cesado de soplar. Maltrecho, demacrado, convertido en Pirata, pero con un legado de valores superlativo que nadie puede portar en esta sociedad enferma en la que vivimos, puede disfrutar orgulloso de sus logros. Un retiro dorado merecido junto a su gente que tanto padeció a su lado. El descanso y la gloria eterna de un valiente guerrero es suya para la eternidad. Y sin morir en la plaza...
Ahí queda su ejemplo y su legado para los que quieran ser toreros o ser alguien en la vida. Los valores eternos tan denostados y despreciados en las mentes perturbadas del pensamiento actual.
Y es de justicia honrar a los Héroes que se visten por los pies y hacen grande el toreo y la vida. Son muy pocos los hombres capaces de ser Padilla. Respeto, admiración y reconocimiento a un Grande: Juan José Padilla.
Hasta siempre; Maestro.