sábado, 14 de mayo de 2016

DOS FAENAS PARA EL RECUERDO


Primera tarde de figuras de San Isidro 2016. Llegaba la confirmación del último gran revulsivo de la fiesta; el peruano Andrés Roca Rey acartelado con dos figuras ; Castella y Talavante.
La corrida de Nuñez del Cuvillo se había remendado con dos de Mayalde.
Roca Rey se hizo presente en el toro del ceremonial mostrando su capote exhuberante. Gaoneras ceñidisimas. Con la muleta demostró otra vez su valor con una quietud asombrosa. Alargó el trasteo buscando el triunfo pero el toro noble se desinfló totalmente.



En el quinto volvió a a hacer un quite en el mismo centro del anillo por tafalleras verticales y estoicas. Dejando llegar la incierta embestida del jabonero que repartía hachazos y al que luego Talavante domeñó. Muy de verdad estuvo con el capote toda la tarde. Lo domina y lo maneja con gracia y variedad. El mejor percal de la actualidad.
En el sexto después de la larga espera del confirmante salió a comerse el mundo. El castaño de Mayalde con dos puñales y mucho genio auguraba una faena de emociones. Brindó Andrés al rey emérito el de la confirmación y este al público . El toro encastado, con movilidad incierta y sin ir metido pedía mando y aguante. Pero a Roca le sobran pelotas. Se la puso adelante, consintiendo miradas, parones y probaturas hasta que lo fue desengañando llegando una serie diestra soberbia en el mismo centro del ruedo. Fueron derechazos mandones de mano baja engarzados con ligazón y ajuste. Estalló la faena y la plaza rugió. Terminó con pases imposibles por la espalda, arrucinas y alardes marca de la casa. En la suerte de recibir pretendía rematar su obra pero el toro se le arrancó y el peruano le esperó entre los dos pitones en una estocada al encuentro hasta los gavilanes y arriba. Se jugó el pellejo y salió trompicado pero ileso después del cabezazo violento del toro. Cayeron las dos orejas. Protestadas por algunos. Que si una y media que si dos. Polémica servida. 
Valorando el toro que tuvo delante y el estoconazo creo que la segunda se la ganó. Un toro complicado, con mucho que torear, con su genio y dos puñales. Aguantar miradas y embestidas envenenadas tiene su mérito. Sobar al toro poco a poco hasta poderlo y someterlo siempre tuvo premio. Y Roca lo hizo. Y hubo premio gordo.



Su tarde fue rotunda y su triunfo le avala como la nueva figura del toreo. Sorprende que con diecinueve años y unos meses de alternativa esté de esa forma. Ese valor no es normal ni en un gladiador. Y la personalidad que se gasta el limeño. Y los andares ceremoniosos y toreros. Y la majestuosidad de su capote. Tampoco es corriente pasarse los toros por delante y por detrás rozándose la seda como si los pitones fueran de goma. Y esa ambición que le rebosa. Esa forma de esperar las embestidas sin mover ni un músculo. Ingredientes para que Andrés Roca Rey se haga rico en esto. Tiene aún cosas que depurar en sus muleteos. Pero ahora está en triunfar y arrancar las orejas para colocarse arriba del todo. El Mejor Roca aún no lo hemos visto. Cuando asiente el toreo en los riñones y juegue la muñeca  con mesura llegará su cumbre. Lo sabe hacer. La muñeca es de oro y tiene gusto y empaque para gustar hasta los escépticos. Ayer se consagró en Madrid y en su primer pasillo de matador. 


Asi se viene a Madrid y así se hace una figura del toreo.


Pero hubo otro capítulo para rememorar en la tarde de ayer. El quinto toro cinqueño y jabonero de Cuvillo cantó pronto su violencia en el capote de Talavante. Un toro reviejo, aleonado y con una agresividad emotiva. Dura su brega donde el gran peón Trujillo fue arrollado y las pasó canutas con las tarascadas indómitas.
Pero Talavante que es un valiente contrastado y que está en su mejor momento le plantó pelea.



Primero por doblones para bajarle los humos. Y luego se lo sacó al centro y se la puso de verdad. Las miradas del cabrón jabonero eran pavorosas. Medía por encima del estaquillador y gazapeaba al acecho. Y ese tío se puso allí y se la echó para adelante. Cada muletazo era una lotería. La incertidumbre de  si cogeria el trapo o al enjuto pacense que no se movía reinaba en las mentes del público. Que emoción. Y es que le enjareto tres series mandonas y por abajo con su zurda entre tarascadas y cabezazos. Que valor. A la faena le faltó una serie más para reventar al toro de verdad y abrir la puerta. La estocada fue muy buena en colocación y ejecución recta. Oreja de ley. De las que se recordarán. La aspereza frente al valor. Un combate. La emoción. Y además hubo toreo zurdo de mano baja y trazo largo aunque lógicamente no limpia del todo . De las faenas que no se le olvidarán ni al torero ni a Madrid.





Castella estuvo en su peor versión. Perfilero y aliviado. Y vulgar. Ni la sombra del año pasado. Mala tarde del gabacho delante de dos gallos de pelea que le mojaron la oreja en su plaza.
Emoción y peligro ayer en quinto y sexto. Y grandeza de dos toreros valientes. La fiesta es grande. Ayer era San Pedro Regalado, patrono de los toreros, y tuvo trabajo extra con Talavante y Roca Rey. 

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo. Impresionantes tanto Talavante como Roca Rey. ¡Qué capacidad para jugarse la vida! ¡Y qué capacidad para, a la vez de jugarse la vida, pensar delante del toro y aplicar la técnica adecuada! Tremendos ambos. Valor, cabeza y técnica al unísono.
    Deseando estoy volver a verlos hoy de nuevo en las Ventas.
    Y enhorabuena al maestro Campuzano: Roca Rey, aparte del valor innato, se le ve muy "trabajado", en el sentido de que detrás hay un enorme trabajo de preparación. Cojones sin preparación no van a ningún sitio.

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