martes, 13 de diciembre de 2016

LA FAENA DEL POSTUREO DE MORANTE EN MEXICO.



La faena de Morante de la Puebla en México el domingo 11 de Diciembre de 2016 ha despertado todo tipo de reacciones exultantes a todos los que la vieron. Las imágenes han corrido como la pólvora por redes y portales. Calificativos rimbombantes, titulares grandilocuentes y rasgaduras de camisa...
La legión de morantistas se han armado de nuevo de argumentos para aupar aún mas a su "dios" en su trono del arte sublime.
He procedido a ver la faena lo mas desapasionadamente posible un par de días después del evento histórico. Siempre he reconocido que este señor de la Puebla torea con un empaque y un gusto especial. Pocos toreros han toreado con tanto arte y duende como Morante. Compone como nadie. La única y gran pega es que muy pocas veces lo hace con un toro encastado y con trapío. Y demasiadas, en cambio, va de feria en feria robando la cartera a los incondicionales que besan por donde pisa y se disfrazan de morantistas.



El capitulo que nos ocupa es su faena en la Plaza de Insurgentes del DF de anteayer. Y tras los diez minutos largos de faena se queda uno con la sensación de haber visto torear de salón porque allí no había un toro. Un animalillo moribundo, sin emoción, sin fuerza y con una embestida corderil. Sin repetición, sin acometividad. Un animal domesticado lejos de lo que es la raza brava, que parecía picado y banderilleado según salió al ruedo..
La faena con pases de uno en uno fue un conjunto de muletazos bellos y otros enganchados. Morante se daba paseítos pensando qué floritura hacer entre pase y pase para que el novillote cogiera aire. Toreando despacio, muy despacio, a cámara lenta porque el toro no podía ni con la lengua para dar tres arrancadas seguidas. Labor discontinua con indudable belleza pero sin un ápice de emoción. Los alaridos de algunos exaltados ante lo que estaban viendo contagiaban al personal que trataba de emocionarse de contagio colectivo con aquella creación tan supuestamente genial.


Recuerdo ver una vez a este torero con una corrida de Victorino Martín en Sevilla torear como el sabe pero delante de unos toros que rebañaban y vendían caras su embestidas. Aquel día en la Maestranza Morante se fajó con entrega y jugándosela muy dispuesto. Y además toreando con esa gracia que solo él tiene. Fue una tarde de toreo emocionante y de calidad ante una corrida encastada y correosa. Es de los pocos días que vi a este torero mítico olvidarse de todo y ponerse a torear arriesgando y por momentos resolviendo. Por lo visto fue una sola vez...


Me acordé de aquellas verónicas movidas de aquel Victorino tobillero comiéndole el terreno mientras resoplaba Morante ante la presión de tan apabullante embestida. Pero ejecutadas con su arte añejo de sabor antiguo. Aquello era algo serio. Aquello fue importante.
Lo de México es muy bonito pero no todo fue sublime. Parece ser que cuando llega el éxtasis llega también la ceguera. Se ha cantado un quite como si fuera el acabose. Cuando otros torean bien de capote no hay camisas rotas ni alaridos. Parece que solo sabe hacerlo Morante con arte verdadero.
Decir estas cosas es de mal aficionado. De insensible. De no saber de toros. De integrista blasfemo. Supongo que muchos dirán esto. Aunque sea "antirreligioso "para los del "no ze pue aguantá";diré que la faena de postureo de Morante fue sin toro. Pero de salón es una cosa y en eso Morante es el rey del compás y de la gracia torera. Pero cuando hay un toro al que hay que ahormar y dominar este señor ha demostrado que no es capaz.
La fiesta es grande por el toro no por el torero. Y para ser grande en el toreo hay que imponerse a un toro serio y con raza que quiera partirte en dos y después torearle con el estilo personal de cada uno. Pero esto es una opinión personal. Lo otro también es fiesta y me alegro y respeto a los que piensan que eso es el summun.
Lo del otro día la Monumental era otra cosa. Una de toreo de salón...un simulacro.

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