Se habla mucho de Francia estos días de las elecciones legislativas, del partido de la Eurocopa resuelto con éxito para los nuestros anoche. Pero también ha vuelto a la actualidad una triste y grave realidad con respecto al funcionamiento de las enfermerías en el país vecino.
Hemos aplaudido muchas veces la forma de hacer las cosas en Francia en materia taurina. Pero hay una realidad trágica con las enfermerías de las plazas de toros galas.
El pasado fin de semana se ha vivido el último capítulo en Ceret. El banderillero José Mora a las órdenes de Gómez del Pilar fue corneado duramente en el tercio de banderillas. En la enfermería los médicos estabilizaron una herida que calificaron de limpia y no grave. Derivaron al hospital de Perpiñán al herido que se quejaba de dolores insoportables. Cuatro horas después aun no había entrado al quirófano. Allí descubrieron ya de madrugada que la cornada había afectado a la vejiga, el recto y cavidad abdominal. Era un tabacazo de caballo.
Su matador y compañeros de cuadrilla intentaban mover su traslado a Murcia para ponerse en manos de un médico mas capacitado. Un día después continuaba en la UCI y con dolores intensos. Tardaron muchas horas en intervenirle y en descubrir el verdadero alcance del pitón en sus entrañas. Ya pasó hace siete años con el malogrado Iván Fandiño al que dejaron desangrarse por dentro cuando fue reventado en la plaza de Aire Sur L Adour. Cuando llegó el helicóptero ya era cadáver. Todos los cirujanos saben que los primeros instantes tras un percance son vitales para la vida del herido y su futura recuperación.. La rápida intervención sin demoras ni traslados es vital en la misma plaza de toros. Así como la competencia y pericia de los galenos para tratar heridas por asta de toro. Esta cirugía es una especialidad muy difícil que requiere conocimientos detallados y hasta afición por parte de los médicos.
En España contamos con excelentes profesionales que han salvado vidas por decenas en miles de festejos mayores, populares o encierros que se celebran por nuestra piel de toro. Son los Ángeles de los toreros y cuentan con la admiración de matadores y aficionados.
Aquí también existe es riesgo de no tener un relevo. La cirugía taurina no es una especialidad que se estudia en las facultades. Son los propios cirujanos taurinos los que buscan relevo formando en estas heridas a jóvenes médicos que aprendan esta difícil disciplina médica. Y con pocas ayudas de la administración.
Loables son los congresos y cursos organizados por la Sociedad Española de Cirugía Taurina en estos últimos años. Doctores como Masegosa, Padrós, Enrique Crespo o Val Carreres entre otros lideran esta vanguardia de renovación y supervivencia de cirugía taurina. Y es que son figuras grandes en lo suyo. El Dr. Crespo pronuncia conferencias magistrales allá donde le llaman exhibiendo conocimientos y profunda vocación a partes iguales. Un lujo de médico y una joya para nuestra tauromaquia.. Su desempeño no está pagado. Magníficos profesionales, punteros en lo suyo y además aficionados de verdad a los toros.En Francia en cambio la deficiencia es muy notable. Cirujanos inexpertos en heridas por asta y protocolos diferentes y peligrosos para los corneados. Lo primero en medicina y en caos graves mas es atender lo antes posible . Operar inmediatamente es lo correcto. Y luego saber hacerlo.
Estas últimas temporadas varios toreros han huido despavoridos de Francia y su sistema hospitalario tras ser corneados y mal atendidos. Deseando llegar a España a ponerse en manos de auténticos profesionales. Que le pregunten a Morenito de Aranda, a Esplá y otros muchos.
Ya hemos enterrado tristemente a un bravo torero hace bien poco. No se han tomado medidas. Los toreros callan y no se plantan. Pero este asunto ya no se puede pasar por alto ni un minuto mas. Es muy grave. En Francia se dan muchas ferias y hay muchas plazas. Sus protocolos de derivar a hospital y retrasar cirugías ya ha costado vidas. Hay que formar cirujanos franceses en cirugía taurina, protegerlos jurídicamente y pagarlos adecuadamente. No necesitamos mas desgracias.
Siempre se ha dicho que tenemos que aprender mucho de los franceses. Pues esta vez tienen que aprender ellos y sobre todo actuar de una vez por todas. Aquí los médicos taurinos son figuras grandes y siguen siendo adorados por los toreros y aficionados por sus milagrosas manos.
La situación en las plazas francesas exige un plante por parte de los toreros y profesionales. Así no se puede seguir. Ni un minuto mas. Todos sabemos lo que pasa desde hace años. Y no se debe consentir que un hombre herido no sea atendido como Dios manda en el año que vivimos. No queremos mas tragedias ni secuelas por un sistema erróneo e insuficiente. Esta vez España da lecciones a Francia como también anoche la dimos en futbol.Larga vida a los cirujanos taurinos y a su desempeño milagroso.
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